Perspectivas de la agricultura para el 2017



Los días avanzan rápidamente como hojas secas cayendo de un árbol,  al comenzar las primeras páginas del calendario de 2017 es oportuno revisar las perspectivas de la agricultura mundial  para este año, al revisar las proyecciones de distintas instituciones internacionales especializadas se prevé un crecimiento, a pesar de que continúa la desaceleración económica internacional

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura  (FAO) en una previsión realizada a finales de 2016 sobre la producción mundial de cereales en 2016, indicaba que ésta se sitúa en 2 571 millones de toneladas, ligeramente por encima de lo previsto en octubre y un 1,5 % (39 millones de toneladas) más de lo producido en 2015.

 “La revisión es consecuencia principalmente de unas perspectivas más halagüeñas sobre la producción mundial de trigo y cebada, que compensaron con creces la reducción de las expectativas con respecto a la cosecha mundial de maíz”, indica esta instancia de Naciones Unidas al publicar “La producción y existencias mundiales de cereales en 2016/17 continuaron en alza”.

De acuerdo con esas previsiones, la utilización total de cereales en 2016/17 ascenderá a 2 562 millones de toneladas, nivel ligeramente superior al pronosticado en octubre y un 1,7 % más que en 2015/16. Entre los diversos usos de los cereales, es probable que la utilización mundial para piensos se amplíe en un 2,7 % en 2016/17, ayudada por la amplia disponibilidad de cereales secundarios y los abundantes suministros de trigo de baja calidad.

Además se prevee que la relación entre las existencias y la utilización de cereales a escala mundial en 2016/17 ascendería a un 25,3 %, muy por encima del mínimo histórico del 20,5 % alcanzado en 2007/08, pero sustancialmente más bajo que el récord del 35,6 % registrado tres decenios antes (en 1986/87).

Según las previsiones, el comercio mundial de cereales secundarios en 2016/17 (julio/junio) ascenderá a 176,5 millones de toneladas, , ligeramente arriba de las expectativas de octubre, pero aun así casi un 5 % (9,2 millones de toneladas) por debajo de la previsión correspondiente a 2015/16.

La fuerte contracción interanual del comercio mundial de cereales secundarios refleja una considerable disminución del comercio de sorgo, cebada y maíz, concentrándose la mayoría de estas reducciones en China.

Las perspectivas para el comercio internacional de arroz en 2017 se han visto atenuadas también en cierta medida, situándose en 43,4 millones de toneladas, con mayores disponibilidades internas en el Lejano Oriente que limitan la recuperación del crecimiento del comercio mundial a menos del 1 %.


En los Estados Unidos es probable que las expectativas de precios bajos y las perspectivas moderadas para las exportaciones debido al fortalecimiento del dólar estadounidense conduzcan a una reducción de la superficie de plantación, mientras que las condiciones secas también han afectado a partes de los estados del centro y el sur del país.

A pesar de la crisis financeira de Brasil, las perspectivas para la agricultura en 2017 son buenas, en grande parte al aumento de la produtividad y a la expectativa de aumento del uso de tierra.

El índice de precios de los alimentos de la FAO se situó en noviembre de 2016 en un promedio de 171,3 puntos, un 0,4 % por debajo del nivel registrado en octubre, pero todavía un 10,4 % por encima de su nivel en noviembre de 2015.

Los precios de los principales cultivos, ganado y productos pesqueros, sin excepción, bajaron en 2015, indica el informe Perspectivas Agrícolas 2016-2025 (trabajo conjunto de la OCDE y la FAO).

Los precios de la carne cayeron de máximo históricos en 2014, los precios de los productos lácteos continuaron descensos que empezaron en 2013 y 2014; mientras los precios de los cultivos disminuían aún más de sus niveles máximos de 2012.

Los principales factores tras los precios más bajos han sido varios años de crecimiento sólido de la oferta, lo que debilita el crecimiento de la demanda por la desaceleración económica general, los precios del petróleo más bajos y una mayor acumulación de las ya abundantes existencias.