Aunque se remonta al siglo XIX, el uso del cobre en la agricultura es en la actualidad una tecnología innovadora y una de las mejores herramientas para el control de enfermedades y protección de cultivos, por su eficacia y por ser más amigable con el medio ambiente.
En las plantas, el cobre es necesario en el proceso de la fotosíntesis, esencial para la respiración de las plantas y coadyuvante de éstas en el metabolismo de carbohidratos y proteínas. Además ayuda a intensificar el sabor, el color en las hortalizas y en las flores.
El cobre se usa como fungicida preventivo, pero también tiene acción bactericida. Actúa por contacto impidiendo la germinación de las esporas de los hongos y en las bacterias.
Este mineral es uno de los micronutrientes necesarios para las plantas en muy pequeñas dosis. Si bien la deficiencia o la toxicidad del cobre rara vez se presentan, lo mejor es evitar los extremos, pues en ambos casos el crecimiento y la calidad de los cultivos podrían verse afectados.
El origen de su uso en la agricultura data de 1880, cuando se creó una mezcla a base de sulfato cúprico y cal hidratada llamada caldo bordelés como fungicida preventivo.
Posteriormente surgieron nuevas formulaciones como: oxicloruro, hidróxido y sulfato tribásico de cobre, buscando mejorar el desempeño de los fungicidas cúpricos.
En el 2014 Albaugh diseña una nueva tecnología llamada HiBIO®. Actualmente los fungicidas cúpricos se clasifican en 3 grupos de acuerdo a su grado de solubilidad:
- Cobre libre (Ej. Sulfato pentahidratado) Fungicida altamente soluble y ácido que libera gran cantidad de ion de cobre. Su período de control es corto y en ocasiones puede causar fitotoxicidad.
- Cobres fijos (Ej. Hidróxido y Oxicloruro) Bja solubilidad, lenta liberación de ion de cobre y efecto más persistente.
- Tecnología HiBIO: Los cobres con esta tecnología cuentan con el correcto balance entre liberación del ion de cobre, persistencia y presencia sobre la hoja.
Desarrollada por Abaugh, es una tecnología patentada que brinda la liberación adecuada de los iones de cobre para un control efectivo contra los fitopátogenos. La baja concentración de sal de cobre, reduce el riesgo de fitotoxicidad en los cultivos y la acumulación de residuos en el suelo. Pueden ser utilizadoen cultivos bajo un protocolo de inocuidad alimentaria.